Introducción

Desde su origen hace varias décadas, la inteligencia de negocios ha tenido como objetivo principal la creación de una fuente vertical de veracidad única. Esa fuente debía permitir a las organizaciones hacer un seguimiento de los KPI (indicadores de rendimiento clave) y las métricas de rendimiento de manera centralizada con informes y dashboards estáticos. Se definió esa meta porque en organizaciones completas habían proliferado los datos en hojas de cálculo y silos de informes, que solían generar resultados diferentes y contradictorios. Con ese nuevo mandato, se formaron equipos centrados en BI, por lo general, en los departamentos de TI. Estos comenzaron a tratar el problema como si fuera un proyecto de TI tradicional. La empresa hacía una solicitud al departamento de TI, este registraba un ticket y, después, satisfacía la solicitud con un modelo de desarrollo en cascada.

Esta metodología de BI de proveedores y consumidores parecía apropiada para la tarea de centralizar los datos de una organización y promover la consistencia. Sin embargo, quitaba agilidad al negocio. Existía una demora significativa entre la formulación de una pregunta y su respuesta. Esa demora y falta de agilidad del proceso de análisis causó una adopción ineficaz y un menor impacto positivo en toda la empresa.

El surgimiento de la inteligencia de negocios de autoservicio en los últimos años desafió el statu quo. Esto es especialmente cierto para los profesionales de TI que pasaron la mayor parte de las últimas dos décadas diseñando una infraestructura de BI para el desarrollo de informes y dashboards de manera vertical y centralizada. Al principio, la mayoría de los departamentos de TI ignoraron esta tendencia porque creían que era un fastidio. Continuaron concentrándose en producir una fuente de veracidad única de administración centralizada para la organización.

En la actualidad, los profesionales de TI se encuentran en una encrucijada, ya que no pueden seguir negando que la BI de autoservicio se convirtió en el nuevo estándar. La metodología tradicional de BI está perdiendo relevancia. El negocio exige la agilidad asociada con el autoservicio para fomentar la adopción y mejorar los resultados de la organización. Debido a esto, y al crecimiento exponencial continuo del volumen y la complejidad de los datos, el departamento de TI debe tomar una decisión importante.

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